Las elecciones presidenciales de Estados Unidos 2024 están a punto de convertirse en las más reñidas de la historia reciente. Las encuestas muestran un empate técnico entre Donald Trump (48.5%) y Kamala Harris (48.4%) lo que augura que podríamos no saber quien ha ganado durante la misma noche electoral.
El camino de la victoria requiere que uno de los candidatos llegue a los 270 votos electorales de un total de 538; Harris tiene actualmente 226 que le son prácticamente seguros, Trump tiene 219 y hay 93 votos en disputa en un total de siete estados importantes.
La batalla se librará en esos estados pendulares o swing states: Pensilvania (19), Georgia (16), Carolina del Norte (16), Michigan (15), Arizona (11), Wisconsin (10) y Nevada (6). Gobiernan históricamente estas zonas un vaivén entre los demócratas y los republicanos.
Pensilvania se consolida como el estado de mayor relevancia, dado que se traduce en el camino más directo hacia la victoria para ambos candidatos. Ganar Pensilvania, junto con Michigan y Wisconsin, abriría las puertas de la Casa Blanca para Harris, mientras que Trump deberá mantener Carolina del Norte y recuperar Georgia más Pensilvania.
El conteo de los votos empezará tras el cierre de los centros de votación en torno a las 19h y las 21h, hora local estadounidense. No obstante, mucho margen, casi todo el trayecto en las encuestas, con una enorme cantidad de votos anticipados y por correo, lo que implicará que el resultado final pueda tardar varios días en ser contabilizado para establecer quién va a ser el presidente de los Estados Unidos.
Es importante esperar con calma y recordar que el proceso electoral debe ser tratado con respeto, sin importar cuánto tiempo lleve saber quién gana. La legitimidad de las elecciones depende no sólo de la precisión del recuento, sino también de la aprobación de los resultados de todas las partes interesadas. Esta votación decidirá quién dirigirá la Casa Blanca durante cuatro años y demostrará lo buena que es ahora la democracia estadounidense independientemente del resultado, Estados Unidos se encuentra en un momento crucial de introspección sobre su destino y su posición en el escenario mundual.