Las «grietas» por las que se cuela Trump: América Latina dividida por la crisis

Marco Enríquez-Ominami, fundador del Partido Progresista de Chile, visita la Universidad Villanueva en el marco del foro Nueva Revista para hablar sobre los desafíos de Latino América en la nueva era Trump y la influencia de España en la región.

Marco Enríquez-Ominami en el salón de actos de la Universidad Villanueva

“Trump desestabiliza el comercio mundial”, “Trump paraliza la ayuda a Ucrania”, “las deportaciones masivas de Trump”. Los titulares que incluyen su apellido no dejan indiferente a nadie. El presidente de EEUU, Donald Trump, no se ha esforzado en ocultar sus intenciones en ningún ámbito político, y América Latina forma parte de su radar. Si menciono la palabra «Monroe», probablemente muchos piensen en una cabellera rubia icónica y un carismático desparpajo. Pero este término va mucho más allá del cine: se trata de una doctrina histórica que, casi dos siglos después de su formulación, vuelve a tomar protagonismo en la política exterior de Estados Unidos bajo la presidencia de Donald Trump.

“Una vieja doctrina que suponía la idea de que hay una superioridad moral: Estados Unidos. Y que todo lo que fuera bueno para ellos, era bueno para el mundo, y esto no es así”

Con su regreso a la Casa Blanca en 2025, Trump ha retomado una postura intervencionista en América Latina que recuerda a la Doctrina Monroe, cuyo lema «América para los americanos» justificó durante décadas la influencia de EE.UU en la región. En su nuevo mandato, Trump ha propuesto medidas que tensan las relaciones con América Latina, como la intención de «retomar» el control del Canal de Panamá y rebautizar el Golfo de México como «Golfo de América», lo que ha provocado una fuerte reacción de los gobiernos afectados. Frente a este recordatorio del estadounidense de que la influencia de su país sigue presente en la región, el tres veces candidato a la presidencia de Chile, Marco Enríquez-Ominami, aboga por la unidad: “si no estamos unidos políticamente, con menos ideología de por medio, Trump encuentra sus grietas para dividir a un continente muy frágil por la crisis desde el Covid”.

“La confrontación es una obligación, no una opción”

En una región que, como recuerda el político chileno, son más de “700 millones de habitantes”, conseguir la unidad para combatir las políticas agresivas del exterior se hace más complejo cuando existen roces internos entre las propias regiones. Esto se ha visto reflejado en las recientes elecciones de Ecuador, donde la polarización ha ocupado un papel relevante en la campaña electoral. “Son tiempos de confrontación, la confrontación es una obligación no una opción porque el que no confronta no existe”, afirma Ominami. El político normaliza que la región sea un territorio de confrontación, pero añade que “eso no es el problema principal de América Latina: el otro problema es la violencia, que nosotros nos confrontemos entre nosotros es nada frente a los 200 mil muertos por narcotráfico”. El término polarización es por tanto para Ominami “una trampa” ya que, añade, “la contradicción hace avanzar el mundo”.

“España tiene un rol importantísimo en América Latina”

“En Europa se escucha mucho a España cuando se habla de América Latina”, afirma Ominami. El político es consciente de los roces diplomáticos entre España y algunas regiones de Latinoamérica, como Argentina el pasado año: “Un error español tiene una consecuencia muy grave, ya lo vivimos, España cometió errores con América Latina y el Caribe y ha arrastrado a toda Europa”. Sin embargo, Ominami recalca la importancia de que España “esté más cerca de América Latina, respetando nuestra historia, nuestras instituciones, y nuestro pasado”. En la práctica, el diputado Chileno recuerda que esto no es así, y que el rol que España juega en en estos países está “muy por debajo de lo que podría estar”. Esta pérdida de influencia, añade, se debe a la pérdida de terreno y a que es “económicamente menos relevante, salvo telefónica y el banco Santander”. Ominami reconoce que, pese a que nuestro país tenga “mucho menos impacto de lo que tuvo en algún momento”, siempre serán bienvenidas “sus amistades” y que en América Latina “se echa de menos a España”.