La IA no es el enemigo: dejar de temerla para empezar a entenderla

Desde el NATO Youth Summit, la OTAN plantea una tecnología accesible, ética y al servicio del bien común

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Vivimos un momento de transformación sin precedentes. La inteligencia artificial (IA) y la ciberseguridad están redefiniendo nuestra manera de vivir, de trabajar y de relacionarnos. Este fue uno de los temas que se trataron en el NATO Youth Summit 2025, un foro anual organizado por la OTAN que reúne a jóvenes líderes, expertos y responsables políticos de todo el mundo para debatir sobre los principales retos globales en materia de seguridad, tecnología y gobernanza. 

En una de las sesiones de la cumbre, «Beyond the Firewalls: Youth, Innovation, Cyber and the Future of AI» (“Más allá del cortafuegos: Juventud, Innovación, Ciberseguridad y el Futuro de la Inteligencia Artificial”) se subrayó la importancia de que estas herramientas se utilicen para el bien común, y no como instrumentos de miedo, desinformación o control. 

IA y ciberseguridad desde la infancia

Hoy en día, la IA avanza a tal velocidad que supera incluso la capacidad de los gobiernos para regularla. A su vez, debido a las guerras digitales, el seguimiento masivo de datos y la desinformación, la ciberseguridad se ha convertido en una prioridad global. Películas de Hollywood, noticias alarmistas y casos de “hackers” hacen que abordemos estos temas desde el miedo, como si fueran solo amenazas. Se nos ha enseñado a temer los avances tecnológicos, pero no a entenderlos ni aprovecharlos. Una de las ponentes, Caitlin Sarian, creadora de la cuenta “Cybersecurity Girl” en Tik Tok, cuestionó este enfoque y propuso una alternativa clara: “¿Y si enseñamos IA y ciberseguridad desde pequeños? ¿Y si lo hacemos de manera divertida y accesible?” Según Sarian, debemos hacer la tecnología comprensible, lúdica y formativa, para que las nuevas generaciones se conviertan en creadores y no sólo en usuarios pasivos.

Caitlin Sarian, creadora de «Cybersecurity Girl» en Tik Tok

La inteligencia artificial se trata de tener ideas, de probar

Irene Benito, funcionaria de inteligencia artificial en la Unidad de Innovación y Política de Tecnologías Emergentes y Disruptivas (EDT) de la División de Innovación, Híbrida y Cibernética de la OTAN, presentó la estrategia de IA de la OTAN. Se enfoca en tres pilares. Primero, busca asegurar que la Alianza siga liderando en innovación tecnológica, manteniendo la ventaja competitiva en tecnologías emergentes. De igual modo, resalta la necesidad de defenderse frente al uso malicioso de la IA, lo que implica fortalecer la detección, prevención y respuesta ante amenazas híbridas. Por último, subraya la importancia de proteger los propios desarrollos tecnológicos, para evitar que sean utilizados en contra de la Alianza. 

Para lograr esto, se están desarrollando iniciativas como DIANA (Defence Innovation Accelerator for the North Atlantic), que apoya ideas innovadoras con potencial para transformar el ámbito de la defensa; y el Fondo de Innovación de la OTAN, que financia desarrollos tecnológicos avanzados.

Una de las grandes diferencias, dijo Benito, es que ahora la defensa está trabajando con “innovadores no tradicionales”, jóvenes emprendedores y creativos. “Hoy la inteligencia artificial es más empírica: se trata de tener ideas, de probar. No necesitas un doctorado para cambiar el juego”, destacó.

Estonia: un modelo de confianza digital

Florian Marcus, jefe de ventas y alianzas de Cybernetica, presentó el caso de Estonia, país que tiene el 100% de sus servicios gubernamentales “online”: desde casarse, divorciarse, comprar una casa o pagar impuestos, todo se puede hacer digitalmente.

¿Por qué los ciudadanos confían en este sistema? La clave está en una combinación de utilidad, transparencia y eficiencia. Si un servicio es muy útil, el ciudadano lo utiliza, incluso si implica ceder algo de privacidad. A esto se suma una política de transparencia total, que permite a cualquier ciudadano saber, en todo momento, quién ha accedido a sus datos y con qué fin. Este control directo genera confianza en el sistema. Además, el país aplica la llamada “once-only policy”: sólo una autoridad pública puede solicitar los datos personales de un ciudadano. Esto evita que distintas instituciones los pidan repetidamente, reduciendo riesgos, eliminando duplicidades. 

El resultado: servicios digitales eficientes, datos actualizados y seguros, y menos oportunidades para los “hackers”, que suelen atacar los puntos más débiles del sistema.

Educar para un futuro digital seguro

Desde el panel, se puso de relieve el rol de la juventud en esta transición tecnológica. Los jóvenes han crecido viendo el lado oscuro de la tecnología (“bullying” digital, adicción, “fake news”…), pero también tienen el potencial de redefinir sus usos. Si queremos que la tecnología potencie nuestras democracias en vez de destruirlas,  necesitamos una ciudadanía crítica y formada. Necesitamos enseñar IA y ciberseguridad desde las escuelas. Hacerlas accesibles. Y permitir que los jóvenes participen desde ya en el diseño del futuro.