La guerra en Ucrania va más allá de la batalla militar. La identidad del pueblo ucraniano ha jugado un papel muy importante en la invasión rusa a su país vecino. El profesor e historiador de la Universidad Católica de Ucrania, Bohdan Chuma subrayó, durante su ponencia para los alumnos de la Universidad Villanueva, que el bilingüismo en su país no es solo un rasgo cultural, sino que también puede funcionar como arma política: «Si los políticos juegan con el hecho de ser bilingüe puede haber problemas», advirtió. La realidad del país es que el único censo de idiomas nativos de Ucrania (2001) muestra una gran diferencia entre la lengua materna y el idioma de uso. Ucrania es un país bilingüe en el que «el idioma nativo es mayoritariamente el ucraniano, sin embargo, se habla más ruso», explicó Chuma. El problema surge cuando los actores políticos cuestionan la «pureza» de los ucranianos por su naturaleza bilingüe, generando dudas sobre su identidad.
La complejidad lingüística se ve reflejada en su geopolítica interna, sobre la que el docente explicó que surge una división del país en «tres sectores territoriales» en los que se define el panorama político: el sector Oeste, influenciado por la cultura occidental, católica y orientado hacia la Unión Europea; el centro, donde las minorías étnicas y lingüísticas están poco representadas; y el sector Este, una zona fuertemente rusificada.
La brecha que se formó por las dudas de identidad en el pueblo ucraniano propició la injerencia rusa. En su discurso de febrero de 2022, Putin usó la supuesta necesidad de proteger a los rusoparlantes ucranianos como pretexto para justificar la invasión a gran escala. Esta narrativa se enmarca en la doctrina rusa del ‘Russkiy Mir’ (Mundo Ruso), con la que el Kremlin se proclama «defensor y maestro» de todas las cosas que ellos consideran dentro de la cultura rusa.
El ‘Russkiy Mir’, promovido por la fundación homónima creada por Putin en 2007, es una doctrina de influencia cultural, espiritual y geopolítica. Según el Real Instituto Elcano, este movimiento extiende la esfera rusa más allá de la propia nación, sosteniendo dentro del ‘Mundo Ruso’ a otros países como Bielorrusia o las regiones de Donetsk y Luhansk en el este de Ucrania.
Las instituciones internacionales condenaron el relato usado por Moscú para iniciar el conflicto. Sobre esto, el Comité Consultivo del Consejo de Europa lamentó que Rusia “use cuestiones sobre los derechos de las minorías como excusa para la invasión” y lo califica como “estrategia de desinformación”.
Paradójicamente, la agresión rusa a gran escala generó un efecto de unidad. «La mayoría de la población ucraniana es pro-Unión Europea y pro-OTAN tras el despliegue ruso en 2022», señaló Chuma. Las viejas políticas de equilibrio, como «la política exterior multilineal», quedaron relegadas. Además, la solicitud de adhesión de Ucrania a la Unión Europea en 2022 dejó claro que la nación se dirige hacia Occidente.









