La Universidad Villanueva celebró la segunda jornada del “Legado Colmenarejo” una serie de actos en homenaje a Juan Pablo Colmenarejo, periodista y docente de la universidad fallecido hace dos años.
El acto fue bautizado como “Tertulias de radio: entre muros y puentes” y estuvo moderado por Ernesto Villar, periodista y director del grado de periodismo, y protagonizado por dos periodistas referentes de la radio española: Aimar Bretos, director del programa “Hora 25” de la Cadena Ser y Rafa Latorre, director del programa “La brújula” de Onda Cero.
A la charla acudieron alumnos y profesores de los distintos grados de comunicación, para conversar sobre cómo las tertulias radiofónicas pueden influir en la polarización social y en qué medida pueden contribuir a su solución.
Abrió el acto Carmen Fuente, rectora de la universidad, dando las gracias a los presentes por asistir al evento y rindiéndole tributo a Juan Pablo Colmenarejo, recordado con mucho cariño por toda la comunidad universitaria. Así se vio en los dos videos que prepararon los alumnos de tercero y cuarto curso de periodismo que tuvieron el honor de tenerlo como profesor.
La democracia no es la gestión del consenso, es la gestión del conflicto
Uno de los temas que más preocupa a la sociedad española es la crispación y la polarización política que se está viviendo en la actualidad. Ante este tema el moderador del coloquio, Ernesto Villar, puso sobre la mesa una afirmación que señala Luis Miller en su libro Polarizados: “España es el país más polarizado del mundo”.
Rafa Latorre dio una opinión firme sobre este tema: “El problema no es que en España existan divergencias y opiniones diferentes, hay que tener cuidado porque la democracia no es la gestión del consenso, es la gestión del conflicto, es decir, poder convivir entre distintos, hablar y discrepar con tranquilidad”. También señaló que “en las sociedades debe haber tensión, el problema es cuando se sobrepasa el umbral y te parece bien que le vaya mal al país porque eso supondría que le va bien a tu supuesta línea política. Si tu prosperidad depende del perjuicio general entonces es que esto es un desastre”, además, “la polarización puede suponer un atajo para coartar el debate, ya que los políticos cuando están en el gobierno tienden a señalar la crispación y a confundirla con la oposición” finalizó el periodista de Onda Cero.
Por su parte, Aimar Bretos destacó que “una parte fundamental del trabajo de un periodista es contar el ruido, quién lo está generando, qué caldo de cultivo hay para que ese ruido triunfe, ya que una parte del trabajo de un periodista es contar lo que le pasa a la sociedad y el ruido es parte de la sociedad”. “Creo que es mucho más atractiva para el oyente una radio en la que, desde la discrepancia de los participantes, haya predisposición a escuchar, a rebatir, e incluso a dejarte seducir argumentalmente por el que tienes enfrente, llegando a un punto que el oyente igual no concebía antes de empezar la tertulia” confesó Bretos.
“Siempre y cuando no lo generemos, creo que ahí tenemos una responsabilidad muy grande y es la de no contribuir a la generación de ese ruido de la polarización, no hacer parte de nuestro modelo de negocio la polarización”. El periodista de Cadena Ser, reafirmó sus palabras lanzando un importante mensaje: “El micrófono da mucho poder y lo que haces con ese poder es lo que marca tu forma de entender la radio, lo puedes usar como elemento para destruir o lo puedes usar como elemento para construir”.
Seis de cada diez alertas de noticias son fuegos artificiales informativos
Intentando encontrar responsables del fenómeno de la polarización, Rafa Latorre afirmó que: “los políticos reaccionan en función de lo que nutre la sociedad y ahí hay un aprovechamiento, y cuando en un debate de investidura dices que vas a levantar un muro no hay duda de que buscas el enfrentamiento”. Asimismo, “los periodistas no somos ajenos a ese ecosistema” prosiguió Latorre.
Aimar Bretos reafirmó la importancia de los periodistas en el fenómeno de la polarización “el poder de la jerarquización de las noticias es una responsabilidad muy grande porque cosas muy importantes pueden quedar eclipsadas por fuegos artificiales informativos”. Esto es algo sobre lo que el periodista expreso preocupación: “6 de cada 10 alertas de noticias que podemos ver al final del día en nuestros móviles son fuegos artificiales informativos”. En palabras de Bretos los fuegos artificiales informativos son “cosas muy pintonas pero que el tiempo se las va a llevar muy rápido sin que quede nada”. Ante esto “el periodista tiene la responsabilidad de seleccionar y darle el tiempo conveniente a todas aquellas noticias que sí van a tener relevancia en la vida de la gente de aquí a tres o seis meses” afirmó el locutor de radio. “Nosotros en la radio nos podemos permitir el privilegio de prescindir de ciertos temas que pueden tener una imagen espectacular y que en la tele te ves casi obligado a darles ese lugar y centrarnos en las cosas que sí van a tener relevancia en la vida de la gente” confesó el periodista.
Sobre esto Latorre, desde su experiencia como columnista en El Mundo, explicó que “en la redacción nosotros sabíamos que había noticias que se quedaban relevadas a secciones menos nobles y que iban a ser mucho más leídas que la crónica política, sin embargo, había que darle importancia a lo que la tenía frente a lo que solo tenía interés” y puso el foco del problema en las redes sociales, “ahora se produce una cierta autorregulación de las jerarquías, en las redes sociales prima el interés sobre la relevancia” afirmó. “Creo que ahí se superpone una autorregulación que va en contra de nuestro oficio” terminó.
Sobre la inteligencia artificial también expresaron cierta inquietud, pues “llegará un punto en el que se pueda imitar a la perfección la voz de cualquiera y ya no nos podremos creer nada” dijo Latorre, “y, al final, nosotros como periodistas seremos los más afectados, porque solo podremos creer aquello que un enviado de la cadena haya podido ver con sus propios ojos” añadió Bretos.
En el último cuarto de siglo nos encontramos con varios ítems de más crispación que ahora
En la vida cotidiana a veces nos autocensuramos por miedo a la generación de un conflicto mayor. Tanto Rafa Latorre como Aimar Bretos coincieron en que se tiende a la exageración al hablar de ciertos temas que pueden generar controversias y que España no es un país en el que la polarización sea extrema. “La gente se sigue casando con personas que tienen pensamientos políticos contrarios y se siguen queriendo” afirmaba Latorre. Aimar Bretos comentó que “tendemos a tener la sensación permanente de que el momento que vivimos es el más ´lo que sea´ y si uno repasa el último cuarto de siglo se encuentra con varios ítems temporales en los que posiblemente la crispación sea mucho más abundante que ahora como pudieron ser los años posteriores a los atentados del 11M cuando la crispación era extrema”. “No estamos en un momento en el que la crispación sea tal que la gente no pueda ni hablar por la calle” añadió Latorre.