El peso de los apuntes (y de las horas sentados)
Con noviembre y el comienzo del periodo de exámenes, las horas que los alumnos pasamos frente a los apuntes y al ordenador se multiplican. A la presión académica se suma un malestar físico que ya es habitual en los meses más cercanos a diciembre: el dolor de espalda. Según la docente de la Universidad Villanueva y directora del grado en Fisioterapia, Noelia Díaz López, este problema es muy común entre los estudiantes y suele deberse a una combinación de factores. Entre ellos se encuentran las posturas mantenidas durante largos periodos, las posiciones poco ergonómicas y la falta de pausas activas.
Más allá de la mala postura: el cuerpo pide moverse
Durante mucho tiempo se ha culpado popularmente a las malas posturas de los dolores de espalda, pero la causa principal no está solo en cómo nos sentamos, sino en lo poco que nos movemos. El cuerpo humano está diseñado para mantenerse activo, y cuando permanece demasiado tiempo en la misma posición, los músculos y articulaciones se resienten. A esto se suman la falta de actividad física durante el cuatrimestre, el estrés académico y el uso prolongado de pantallas, que obligan a mantener posiciones forzadas.
La falsa comodidad del sofá y la cama
En época de exámenes los estudiantes tienden a buscar un espacio donde se sientan cómodos para hacer más amena la jornada de estudio. Muchos optan por la cama o el sofá, sin embargo estos lugares pueden obligar al cuerpo a adoptar posturas que fuerzan la columna y el cuello. Díaz recomienda optar por una postura que mantenga la espalda recta, los pies apoyados en el suelo y la pantalla del ordenador a la altura de los ojos. Más que una postura perfecta, lo que realmente es importante es cambiar de posición con frecuencia para evitar la rigidez y la sobrecarga muscular.
¿Biblioteca o casa? El entorno también importa
La elección del lugar de estudio influye más de lo que parece. La biblioteca ofrece un entorno silencioso y puede ayudar a mejorar la concentración, mientras que estudiar en casa puede parecer más cómodo y flexible. No obstante, debemos tener en cuenta que lo relevante no es tanto el espacio como las condiciones que favorezcan la concentración y la buena postura. La profesora recomienda hacer pausas regulares, levantarse, estirarse o caminar unos minutos cada hora para prevenir la tensión acumulada y mejorar la capacidad de atención.
Cuidar el cuerpo también es estudiar
Durante el periodo de exámenes, una herramienta que puede ayudar al estudiante a rendir mejor es mantener la actividad física. El movimiento ayuda a reducir el estrés, facilita la concentración y mejora la memoria. Cuidar el cuerpo, explica la profesora Díaz López, también es una forma de cuidar la mente: estudiar sin moverse es tan perjudicial como estudiar sin descansar. En definitiva, aprobar los exámenes pasa no solo por aprenderse los apuntes, sino también por cuidar el cuerpo y darle el movimiento que necesita.









