Confeccionó su propio vestido de novia tres días antes de la boda. Ha vestido a la Reina Letizia o a la presidenta de la Comunidad de Madrid y es una madre todoterreno. Hay cinco figuras vestidas de blanco sobre el escenario del salón de actos de la Universidad Villanueva y ella resalta con un traje de su propia casa y su desparpajo natural. Aunque afirma que no es fan de las modas, sus bailarinas negras de Dior evidencian que no es indiferente a las pasarelas. Inés Martín Alcalde visita la universidad para dar una lección magistral a los alumnos del Título en Comunicación y Gestión de Moda.
La diseñadora, que construyó su carrera profesional a base de perseverancia y lucha, “mis padres querían que estudiase empresariales, he luchado mucho para esto”, confiesa a los alumnos que fue en su pueblo de Ibiza donde decidió que se quería dedicar a esto: “fui a una modista y transformé una caja de ropa que mi madre ya no quería”. A pesar de estar estudiando empresariales, tras su primer contacto con la moda en un campamento de verano tuvo claro cuál era su camino: “lo que más me gustaba era manipular cosas”, afirma ilusionada al recordar sus primeros pasos en el mundo de la moda cuando estudiaba en Inglaterra. Al acabar su etapa en Londres, cuenta, quiso “hacerse hippie”, desde ese momento su sueño ha sido tener un puesto en el “mercadillo de las Dalias”. Lo consiguió años después cuando acudió con su marido y, tras mostrar sus diseños, le ofrecieron un espacio para vender el domingo, el día más importante del mercado.
“En el Salón del piso era donde las novias se probaban los vestidos»
Al regresar a España tras su paso por el Reino Unido, Inés decidió emprender por su cuenta. “No tenía nada, iba a casa de mi abuela a que me hiciese túpers, y todo lo que ganaba lo invertía en telas.” En estos primeros peldaños de lo que es ahora una de las marcas de invitada con más renombre del país menciona a Leti, su socia y amiga, y a Lucía, su hermana que ahora trabaja en la parte de invitadas. “Cuando empecé convertía el piso de solteras que tenía con Leti en un taller. En un mes teníamos 8 novias. Leti dejó su trabajo y así empezamos.”
La marca atraviesa ahora, como cuenta Inés a los alumnos, un proceso de renovación y expansión en el que su familia tiene más cabida si es posible. La marca pasará a llamarse “Martín Alcalde”. Y es que la diseñadora, como expresa con naturalidad, da mucha importancia a la familia, y esto es algo que se refleja también en su trabajo. “Las joyas de familia para mí son la más importante, tiene la magia de que los años hablan solos. Lo bonito es lo antiguo, lo que habla, lo que tiene magia”, expresó sobre la mantilla que sostenía entre sus manos, una joya familiar que usó en su boda. Además de esta mantilla, en su enlace la diseñadora lució uno de sus diseños confeccionado en solo 3 días, “me bloqueé, el día de mi boda entregué 23 vestidos, 3 de novia y 20 de invitada para la mía”.
Esto que le ocurrió en su boda no le pasa con las novias que acuden a su taller, aunque sí ha tenido alguna anécdota que aún recuerda con adrenalina, “un día vino mi hija al taller y, comiéndose unos espaguetis, manchó de tomate la parte de atrás de un vestido que entregábamos esa tarde”.
Cuando se le preguntó sobre el proceso creativo de diseñar vestidos de novia, Inés lo resumió con sencillez: «La clave es escuchar. Lo importante es que te sientas tú misma».
Una falda de 10 euros y su primer reportaje en Telva
“Puedes sacar maravillas de la colcha de tu abuela”, confiesa Inés al explicar como una cortina que compró en Ibiza por 10 euros le catapultó hasta una de las revistas de moda más prestigiosas del país tras convertirla en una falda: “metí una remolacha y luego bicarbonato y lejía y conseguí ese color rosa.”
Desde entonces, su carrera ha ido en ascenso, y ha aprendido que el éxito no solo se mide en logros profesionales, sino también en cuidar al equipo que te rodea. Esto lo corrobora una de las becarias que trabajó con Inés el pasado año, una alumna de cuarto curso del Grado de Publicidad con el Título en Comunicación y Gestión de Moda. Ella nos cuenta que “el ambiente es muy agradable”. Inés, como relata la alumna, está “siempre presente” en el taller junto con su socia Leti, su hermana Lucía y su mano derecha, Rosa. “Es una jefa que se sabe tu nombre, que te pregunta qué tal el día”.