Las carabelas portuguesas se instalan a orillas del Cantábrico

El SEPA pide “no subestimar la situación” ante los avistamientos de las ‘falsas medusas’ en la costa asturiana este verano

La zona norte de la península, bañada por el Cantábrico, se ha convertido en uno de los destinos vacacionales más escogidos para la época estival. Cada verano, los turistas son atraídos por su clima templado, su buen comer y sus preciosas playas. Sin embargo, hace unos años que por el mar también llegan unos molestos visitantes: las carabelas portuguesas.

Aquellos que suelen pasar el estío en el País Vasco o en Cantabria estarán más acostumbrados a verlas. Fue allí donde se avistaron en la costa norte por primera vez -hace ya varios veranos- y en las que su presencia obliga, desde entonces, a cerrar al baño las playas en las que aparecen.

Ahora les toca convivir con ellas a los asturianos y asiduos visitantes de la región. Ya que desde hace dos temporadas, arrastradas por las corrientes marinas, han aparecido también en las costas asturianas. Este verano, el primer encontronazo con estos organismos fue a finales de julio. Según informaron distintos medios asturianos, su llegada “obligó a cerrar siete arenales del concejo de Llanes, a pesar del buen estado de la mar”, levantando la alerta en el resto de concejos cercanos a la costa.

Este organismo marino, mal llamado medusa, es en realidad un sifonóforo cuyo veneno es aún más peligroso, más urticante y capaz de provocar una quemazón más intensa, que el invertebrado con el que se le confunde a menudo. Por eso, el servicio de emergencias asturiano insta a los bañistas a ser cautos y “no subestimar la situación”.

Recomendaciones del Servicio de Emergencias del Principado de Asturias (SEPA)

Ante la presencia de carabelas, el SEPA aconseja – a través de su perfil de X- “no meterse en el agua ni acercarse a la orilla” porque “pueden existir fragmentos de tentáculos con la misma acción irritante”. Tampoco deben bajar la guardia con las que se encuentren muertas en la arena, porque “el poder urticante persiste veinticuatro horas, en condiciones de sequedad”, advierten. Además, si ven esta ‘falsa medusa’ y no hay ningún aviso sobre su presencia deben comunicarlo “en el puesto de vigilancia de la playa más cercano”. Por último, recomiendan no bañarse en la zona de rompiente porque es allí donde se pueden acumular “muchos fragmentos urticantes” y protegerse con “crema solar o ropa ligera”, para evitar sustos.

En el caso de que haya picadura, inciden en  “no rascar ni frotar la zona  ni si quiera con una toalla o arena”. Al lavar la parte afectada, explican que lo adecuado es hacerlo “con agua marina, nunca con agua dulce” al igual que “no deben aplicar amoniaco, orines o vinagre”. Al quitar los restos, lo mejor es “hacerlo con unas pinzas” y si se hace con la mano “debe estar protegida”. El dolor se puede aliviar “aplicando frío durante 15 minutos, sin frotar, ni entrar en contacto directo con la piel”. La herida se debe desinfectar con alcohol yodado 2 o 3 veces al día, durante unos tres días.

Pero mucho ojo, si se presentan síntomas como náuseas, vómitos, mareos, calambres musculares, cefaleas o malestar generalizado, ruegan acudir al “hospital más próximo” e informar de que tipo de ‘medusa’ produjo la picadura.

“El aumento de la temperatura en el mar Cantábrico crea el ambiente perfecto para las carabelas”

Estos invertebrados han proliferado en el litoral asturiano como consecuencia del aumento de las temperaturas del agua. El mar Cantábrico ha registrado “máximos históricos” creando “un ambiente más agradable para estas carabelas”, explicó la bióloga del Oceanográfic de Valencia, Elena Mauriño, en Las mañanas de RNE. Tampoco se librarán de su presencia los gallegos, ya que las corrientes ya están arrastrando a esta especie marina hacia las playas de Galicia, según indica MedusApp: una web en la que los usuarios señalan las playas con presencia de medusas, y que ahora sirve también para alertar de la presencia de carabelas (Physalia Physalis), por lo que puede ser útil si van a visitar el norte durante la temporada de verano.