“Tren destino: Atocha, circula con una demora de 13 minutos. Disculpe las molestias”.
Cada día, los madrileños lo tienen muy complicado para coger el tren cada mañana. Miles de personas llegan tarde a sus trabajos o reuniones importantes y ya habido casos en los que esta justificación es válida sin reproches.
Renfe, creada en 1841, es la principal empresa de transporte ferroviario de pasajeros y mercancías de España.
El transporte público en España no solo es más eficiente, sino que conecta comunidades de manera que en Los Ángeles simplemente no se ve; aquí, puedes confiar en un sistema que te lleva a donde necesitas, sin depender del coche.
Sin embargo, Los Ángeles tiene esa pequeña dificultad ya que esta ciudad abarca aproximadamente 1,302 kilómetros cuadrados, lo que la convierte en una de las ciudades más grandes de Estados Unidos. Su área metropolitana se extiende a lo largo de varias ciudades y condados, con una población de alrededor de 13 millones de habitantes en la región. Debido a esto, se forman múltiples de atascos.
La seguridad es otra gran preocupación. En los últimos años, ha habido un aumento en los incidentes delictivos dentro del sistema, incluyendo robos y agresiones.
Los pasajeros, especialmente aquellos que viajan solos o en horas nocturnas, a menudo se sienten inseguros. La presencia policial en las estaciones ha sido insuficiente, lo que ha llevado a un llamamiento generalizado por una mayor vigilancia y medidas de seguridad.
Según datos recientes del Departamento de Policía de Los Ángeles (LAPD), los delitos como robos y asaltos han aumentado un 15% en comparación con el año anterior.
Ante esta situación, la Autoridad de Transporte de Los Ángeles (LADOT) ha anunciado nuevas medidas de seguridad para mejorar la protección de los pasajeros, así comola instalación de cámaras de vigilancia adicionales en áreas críticas.
Los residentes han expresado su preocupación por la seguridad en el transporte público, señalando que la percepción de inseguridad está afectando su disposición a usar el sistema.
“Es frustrante. Quiero usar el transporte público, pero me preocupa mi seguridad», comentó un pasajero habitual.
Uno de los problemas más comentados por los usuarios es la creciente cantidad de basura en las estaciones y trenes. Desde envoltorios de comida hasta botellas de plástico, la suciedad parece acumularse de manera constante. Las estaciones de mayor afluencia, como Downtown, que suelen ser puntos de encuentro de desechos.
La acumulación de basura no solo afecta la estética de las instalaciones, sino que también contribuye a una atmósfera desagradable que aleja a los usuarios, creando una sensación de inseguridad y abandono.También se informa sobre el mal olor y la suciedad extrema en ciertas rutas, lo que genera un ambiente incómodo y de malestar.
Una peculiaridad que tiene y que no hay en Madrid es la reforma llamativa de estas estaciones. Pero ni la más moderna de las arquitecturas puede esconder la suciedad de sus andenes.