Diagnóstico incómodo de España desde el Instituto Español de Estudios Estratégicos

¿Y si el mayor riesgo para España no viniera de fuera? Una mirada estratégica a las amenazas internas

Los alumnos de Relaciones Internacionales de la Universidad Villanueva visitan el Instituto Español de Estudios Estratégicos (IEEE), donde han podido asistir a una ponencia del coronel Ignacio Fuente Cobo, en la que se han abordado los grandes desafíos que enfrenta España.

Aunque a menudo se tratan de forma aislada, cuando se analizan en conjunto, los retos de España en la actualidad dibujan un panorama preocupante que exige reflexión y, sobre todo, acción. 

Uno de los temas más recurrentes es el declive demográfico. España es uno de los países con la natalidad más baja de Europa. Según datos del INE, la tasa de natalidad se sitúa en torno a 1,2 hijos por mujer. De igual manera, se ha observado una caída de la población rural. Esta tendencia no solo pone en jaque el futuro del sistema de pensiones, sino que compromete la sostenibilidad económica, territorial y social del país. La “España vaciada” no es solo un fenómeno de infraestructuras o servicios, sino el síntoma de una sociedad que no logra ofrecer condiciones mínimas para que los jóvenes construyan su proyecto de vida fuera de las grandes ciudades.

A esta cuestión estructural se suma otra igualmente inquietante: la falta de conciencia de defensa. A diferencia de otras democracias consolidadas, donde los ciudadanos entienden que la seguridad nacional es una responsabilidad compartida entre el Estado y la sociedad, en España persiste una desconexión cultural hacia todo lo relacionado con la defensa. Esto se traduce en presupuestos bajos, escaso reconocimiento institucional y una mínima cultura estratégica tanto en la ciudadanía como en muchas élites políticas. La defensa no puede entenderse solo como la existencia de un ejército profesional: es también preparación civil, formación, compromiso y percepción clara de los riesgos que enfrenta el país.

Precisamente uno de esos riesgos es la amenaza del yihadismo. Aunque ha perdido presencia en los medios desde los atentados de 2017 en Cataluña, las redes radicales siguen activas, alimentadas por la propaganda digital, las conexiones internacionales y una narrativa de odio. España, por su historia, su ubicación geoestratégica y su papel en operaciones exteriores, no está al margen de esta amenaza. La prevención exige inteligencia, resistencia y cooperación internacional.

En paralelo, otro de los grandes males señalados es el progresivo desgaste democrático que se vive en el país. España ha ido acumulando síntomas de fatiga institucional: polarización creciente, deterioro del debate público, descrédito de los partidos tradicionales, uso partidista de organismos clave y un incremento notable de la desconfianza ciudadana. La democracia no muere de un día para otro; se debilita lentamente cuando sus fundamentos dejan de cuidarse, cuando se normalizan actitudes que erosionan la pluralidad, la transparencia o la separación de poderes.

Este debilitamiento institucional se agrava por la persistente fragmentación territorial. El modelo autonómico, tantas veces defendido como solución al encaje territorial, ha entrado en una profunda crisis: desde el cuestionamiento de algunos nacionalismos, hasta el malestar de otras regiones que perciben desigualdades injustificadas en el reparto de recursos y competencias. Sin un nuevo consenso territorial, la cohesión del Estado seguirá tambaleándose.

Como telón de fondo de todos estos problemas aparece un fenómeno extremadamente dañino: la desinformación. Los bulos se propagan en cuestión de segundos, los discursos se radicalizan, la realidad se distorsiona y la verdad se vuelve difusa. Las noticias falsas y las teorías conspirativas afectan a todos los ámbitos: desde la política y la salud hasta la historia y la convivencia. Esta intoxicación informativa no sólo confunde; debilita los vínculos sociales y destruye la confianza en las instituciones.

 

Los estudiantes de Relaciones Internacionales de la Universidad Villanueva, acompañados por Léna Georgeault, directora del Grado, y los coroneles Ignacio Fuente Cobo (a la derecha) y José Pardo de Santayana (a la izquierda), en el CESEDEN el 12 de marzo de 2025.

 

En definitiva, lo que se ha expuesto no es un listado de problemas aislados, sino un diagnóstico de un país que se enfrenta a retos cruciales. Cuanto más se retrasa el abordaje serio de estos temas, más complejo será revertir sus efectos. La solución no vendrá solo de los despachos ni de las urnas: requiere una ciudadanía consciente, informada y comprometida con el bien común.