Estoy scrolleando en mi «Para Ti» de TikTok, esperando ver los mismos bailes y vídeos en los que españoles y franceses se pican mutuamente, cuando algo me sorprende. Una oleada de jóvenes vascos aparece en mi pantalla, vestidos con estética abertzale, luciendo ikurriñas y compartiendo mensajes independentistas con una pasión que creía del siglo pasado. No solo hablan en euskera; muchos se autodenominan “etarras” con orgullo, mientras los comentarios se llenan de apoyo y odio hacia la policía y todo lo español.

No puedo evitar preguntarme si esta es solo una moda efímera en redes o si el independentismo vasco está despertando con una nueva fuerza entre las generaciones más jóvenes. Mis dudas aumentan cuando, la misma semana, leo una noticia que parece pasar desapercibida: más de un centenar de ayuntamientos del País Vasco y Navarra votan por la “República Vasca”.
En mociones simbólicas, es decir, que a efectos prácticos no tienen ningún tipo de consecuencia política, la izquierda abertzale impulsa una especie de “procés vasco”. Lo hace de la mano de la plataforma “Ehun”, vinculada a la causa independentista, en municipios españoles y franceses. Estas votaciones se desarrollarán en las próximas semanas, y el Ayuntamiento de Durango será el primero en votar, donde gobierna el PNV. La plataforma que impulsa esta iniciativa no está vinculada a ningún partido político y es crítica con Bildu, al tacharlo de “moderado”. Promueven, además, llegar a la independencia del País Vasco de una forma más directa, sin consensos políticos.
De gestionar los zulos de ETA al Ayuntamiento de Durango: un etarra en las filas de Ehun
Entre los impulsores de esta moción se encuentra Julen Mendizabal Elezkano, detenido en 2013 acusado de organizar el aparato logístico de ETA. Mendizabal es ahora uno de los impulsores de la organización Ehun y estuvo presente en la votación del Ayuntamiento de Durango el pasado martes.
La moción fue rechazada; sin embargo, el PNV y Bildu apoyaron una moción alternativa para defender el derecho a decidir, con la negativa del PP. Algo que resulta curioso, ya que en este mismo municipio los populares ofrecieron su apoyo al candidato del PNV para evitar que Bildu obtuviese el poder.
La presencia de este exmiembro de la logística de ETA en la votación de Durango es un reflejo de cómo algunas figuras del pasado encuentran hueco en los nuevos movimientos independentistas. Aunque el rechazo a la independencia haya crecido en Euskadi, sigue siendo entre los jóvenes donde encuentra mayor respaldo y lo podemos comprobar metiéndonos en Tik Tok. Las redes sociales, lejos de ser un espacio neutro, están sirviendo como altavoz para una juventud que recupera el lenguaje y la estética abertzale, en muchos casos reivindicando incluso la lucha armada como parte de su identidad política. La pregunta es si este auge del independentismo digital se quedará en una tendencia pasajera o si, como ocurrió en Cataluña, será la chispa de un nuevo desafío soberanista.