«Españoles en Bruselas», ¿qué importancia tiene ser corresponsal en Bruselas?

La corresponsalía en Bruselas completa la profesión del periodista

«El periodismo es una profesión que cuenta e interpreta lo que está pasando. Bruselas es importante porque pasa de todo. Bruselas es un multiplicador de soberanía. Todos los caminos llegan a Bruselas, todo lo que pasa en España tiene un impacto en la capital belga de una manera u otra», afirma Nacho Alarcón corresponsal del diario El Confidencial. El 80% de todo lo que ocurre en España, pasa por aquí a nivel normativo, siempre hay un punto que va a interesar a España. Sin embargo, para Bruselas no es importante España, pero para España sí es importante Bruselas. La capital belga es la segunda delegación después de las huelgas más numerosas, porque hay muchísimo interés en España por la información europea y también porque hay una delegación muy importante de catalanes, (aquí está el caso Puigdemont todavía…)

Hay países que son muy atractivos y todo el mundo quiere pisar. Un ejemplo claro es Nueva York, se puede decir que Nueva York es sexy, atributo que desde luego no describe a Bruselas como ciudad. Bélgica no es de gran interés para nadie, a rasgos generales a los españoles no nos gusta el clima belga, ni la comida, ni su cultura… Sin embargo, es un país muy rico en noticias, Bélgica es un lugar para explorar, no te encuentras el oro a simple vista, pero poco a poco lo vas descubriendo, Paloma García, corresponsal de COPE testifica que «sin ir a Bruselas me faltaría un trozo de tarta enorme para entender el periodismo». Realmente Bruselas es una cumbre periodística, es una consagración para todo corresponsal, ya que llegan a la capital belga aquellos grandes nombres o señores de sesenta años que se consideran ya suficientemente veteranos para contar qué sucede en Bruselas que a su vez repercute en España. En Bruselas también hay muchas personas jóvenes muy dispuestas a la profesión, con mucha hambre que quiere contar información, con ganas de comerse el mundo.

Sin ir a Bruselas me faltaría un trozo de tarta enorme para entender el periodismo

Como actualidad de los últimos años, la guerra entre Rusia y Ucrania se ha vivido muy de cerca en Bruselas, ya que además de ser la capital de Europa, la OTAN también está en Bruselas y, por lo tanto, para contar la información es mucho más rápido y eficaz porque es desde dónde parte la información. Un periodista siempre quiere buscar la noticia y, por ende, busca ser el primero en contarla para no «copiar» a los demás y ser el primero que saque la exclusiva, con la intención de que te lean más. La guerra se vive desde Bruselas de forma muy intensa y en los primeros meses se vivió de forma apasionante porque la información iba de un lado a otro sin parar, como por ejemplo si se iban a enviar aviones o el manejo de los recursos y los corresponsales tenían que ser capaces de recolectarlo todo para poder contarlo. Bruselas no es que tuviera antes la información, simplemente se genera en la capital europea porque el cuartel general de la OTAN está ahí. El tema de la guerra y de la OTAN es lo más parecido al periodismo porque tiene caras protagonistas, procedimientos y desarrollo de la historia, es una incógnita que hay que resolver.

Aunque estén en la misma ciudad la OTAN y la Unión Europea, hay que diferenciarlas porque no son lo mismo, ni lo forman los mismos países y un corresponsal lo tiene que tener muy en cuenta, en el caso de España sí que participa en la OTAN y es miembro de la Unión Europea. Son treinta y un países que conforman la OTAN contando con las nuevas incorporaciones como Finlandia. No necesariamente son los veintisiete de la Unión Europea, cada país participa en uno en otro en función de sus intereses, por ejemplo, en el caso de Finlandia le interesa formar parte de la OTAN porque tiene un territorio muy cercano con Rusia y Ucrania que es el panorama físico de la guerra.

La Comisión Europea es la que tiene la iniciativa legislativa, puede legislar sobre muchísimas competencias que luego nos afectan a los veintisiete países miembros, (no todas las competencias, pero tiene la gran mayoría de competencias). En un hipotético caso de cómo se rigen las normas en el mundo de la pesca, en Bruselas se ponen las cuotas que luego los que salen a pescar con sus barquitos en las costas de los veintisiete países pueden pescar: por ejemplo, en Bruselas se establece el número de kilos de este tipo de pez que se puede pescar en las costas de los veintisiete países europeos. Vienen los ministros de agricultura y pesca, se reúnen y deciden estas normas que luego afectan al resto de países.

Pero, verdaderamente, ¿Cuánto tiempo pasa desde que se proponen las cosas hasta que de verdad ocurren?

La realidad es que pasa mucho tiempo, hasta dos años, porque todo tiene un proceso y las normas no se ponen y se consensúan de un día para otro. Las ideas las propone la Comisión Europea que es como el gobierno en España, tiene sus comisarios, uno de cada país que son como los ministros en España, estos son los que se encargan de ejecutar el poder ejecutivo y proponen las normas que quieren que se pongan en marcha. Por otra parte, está el Parlamento Europeo que es el Congreso de los Diputados que legisla. También está el Consejo que son los veintisiete países, o bien a nivel de ministros que es una cosa muy concreta que pasa primero por los ministros de justicia y luego a nivel de líderes, que es lo que llamamos el Consejo Europeo, que es cuando vienen aquí los primeros ministros o presidentes de todos los países.

La Comisión Europea propone un tema o una normativa, sin embargo, luego el Consejo y el Parlamento tienen que decidir qué les parece y así es como se producen los llamados «trílogos» que son tres entes negociando. Este proceso puede durar meses, hasta que llegan a un acuerdo que suele ser de madrugada. Cuando deciden cuál es la medida que se va a poner en marcha, dan dos años de plazo para que se implante y se inicie el proceso… Por ello casos como el de la aprobación del cargador tipo C parece que lleva una eternidad, pero todo tiene que seguir unos pasos para ser aprobados y aunque vayan sacando noticias de los avances es normal que sin entender que hay un proceso se nos haga eterno. Los periodistas son los que cuentan todo ese asunto, tienen que explicarlo muy bien para que desde Madrid los ciudadanos no pensemos «pero esto no es lo mismo que ya nos contaron», la realidad es que sí es lo mismo, pero con matices porque los corresponsales van siguiendo un proceso muy largo.