José Mota: “Creo que mi filosofía de vida es estar pegado lo más posible al niño que fui, y mi profesión es una excusa maravillosa”

José Mota es un reconocido actor y humorista español que dio el salto a la fama por ser parte del dúo humorístico “Cruz y Raya” junto con su compañero Juan Muñoz, y por su programa “La hora de José Mota” por el que consiguió un Premio Ondas en el año 2010.

El humorista nos ha concedido una charla en la que hablamos de sus próximos proyectos, si le preocupa que le encasillen en su personaje, y cuál es su filosofía de vida, entre otros temas.

 

Después de tantos años como humorista en shows de teatros y sketches, ahora que estrena nuevos proyectos en el cine y la tele, ¿le preocupa que el público pueda encasillarle cómo humorista y que le cueste verlo en roles que requieran más seriedad o profundidad?

Esa es una de las cosas por las que uno pelea. En realidad, me considero un contador de historias. Historias que en la mayoría de las ocasiones han invitado a la sonrisa, a la risa o a la carcajada, y en otras ocasiones, también me apetece contar historias motivadoras, cosas que inviten a la reflexión u otro tipo de emociones. Pero me considero un contador de historias. Soy plenamente consciente de que eso normalmente ocurre, y más en este país, pero es algo contra lo que tienes que luchar. Al final, yo creo que si tienes claro tu objetivo, puedes conseguirlo. Depende de la cantidad de emoción y dedicación que pongas en ese empeño.

En el entorno personal, ¿le cuesta separar su imagen profesional de su vida privada?

No. Mi vida profesional ocurre como consecuencia de cómo yo soy en mi vida personal. No es algo que yo tenga que forzar o tenga que hacer un clic cada vez que vuelvo a la vida real. Lo que hago forma parte de mi ser, de mi emoción, de cómo yo me siento. El proyectar a los demás una manera de entender la vida.

No considero que esté haciendo un trabajo. Tengo la gran fortuna de que mi profesión, como me apasiona tanto, es como salir al recreo a jugar. Es seguir siendo niño. Me considero un afortunado por eso precisamente.

Cada vez que hago humor o hago comedia, lo sigo considerando en cierto modo un juego: el salir al recreo del cole y jugar y pasármelo bien, que yo creo que es la semilla del motor de mi profesión, lo más importante, que es la pasión.

No me tengo que meter en una oficina, porque no llego a las siete de la mañana y entro en un trabajo en el que no me apetece. Tengo la gran fortuna, insisto, de que el trabajo me llena y me realiza muchísimo.

¿Cuál es el personaje que más le ha gustado interpretar o qué más le ha marcado?

Todos los que tienen que ver con cosecha propia, como por ejemplo, “La vieja del visillo». Yo prefiero hacer “La vieja del visillo” que hacer cualquier otra imitación, que la hacen treinta, y las hacen muy bien, pero me parece que, para mí, es muchísimo más jugoso y creativo haber moldeado personajes propios, de mi cosecha, que han tenido que ver con el paisanaje y el paisaje de dónde yo he nacido, personajes manchegos.

La verdad, , es que La Mancha es como el mundo en pequeño. Todo lo que ocurre en pequeño, se proyecta en grande porque “Viejas del visillo” hay en Nueva York, lo que pasa que en vez de visillos son estores, pero es todo lo mismo, la curiosidad humana, que es de lo que habla el personaje.

Todo lo que tiene que ver con la fabricación propia, son los que más me han interesado y, dónde más empeño he puesto.

Sobre sus próximos retos, ¿qué más podremos ver de José Mota? ¿Nos puede adelantar algo?

Ahora mismo estoy metido en terminar de escribir el guión de una película en la que llevo trabajando cinco años y que trata de lo que ya hemos hablado: la posibilidad de ver la vida con otra óptica, la óptica de la comedia y a través de esa óptica, convertir o “micro cambiar” el mundo para que sea un lugar un poquito más amable. Tiene mucha emotividad, tiene comedia pero, sobre todo, tiene ese deseo de transmitir a la gente que la comedia es una herramienta maravillosa que hace del mundo un lugar un poquito mejor.

Estoy en la peli, en un proyecto con televisión española, y estoy trabajando también en una comedia de ficción, pero que aún es pronto y hasta que no me confirmen me espero para confirmaros que pueda salir. Pero todo lo que tiene que ver con ficción, tanto cine como series me apetece muchísimo en este momento de mi vida, proyectar más la parte actoral, digamos.

 

¿Qué consejo le daría a aquellos jóvenes que quieren empezar su carrera en el mundo del entretenimiento, como actores o humoristas?

Que persigan su sueño, que uno mismo sabe quién es y que no permitan que venga otro a decirles quienes son. Hay un dicho que dice “el mundo se aparta ante una persona que sabe dónde va” y es verdad, hay que perseguir las cosas, los demás pueden decir a o b, porque unos dirán a y otros b, pero tú eres el que debes proyectar dónde quieres ir y tenerlo claro, que a veces es muy complicado.

Por ejemplo, personas como mi hija que tienen dieciséis años y que tienen que decidir, porque les falta año y medio para entrar en la universidad, me planteo  ¿pero cómo vas a saber lo que quieres hacer? porque una persona no se proyecta como una sola cosa, a ti te puede gustar la medicina y, de repente, gustarte la abogacía, ¿por qué no? Somos multifacéticos, tenemos multicolores, no solo valemos para una cosa.

¿Cómo acertar? Es complicado, pero bueno, a veces hay certezas en uno mismo muy muy fuertes, y esto me gusta mucho. Yo, por ejemplo, cuando era pequeño veía comedia en televisión y sentía que el mundo se paraba, que algo mágico estaba pasando. Y dije, esto me interesa mucho, porque navega a contracorriente de la vida, entonces todo lo que tenía que ver con humor, con comedia, con cine y con ficción me apetecía muchísimo y he tenido la suerte al final de poder estar aquí.

En el marco del simposio sobre familia que celebra la Universidad Villanueva, ¿cómo le ha ayudado el humor a sobrellevar los problemas que la vida le ha podido poner por delante?

El humor es como un burladero, el burladero de la vida dónde tú te parapetas, al menos yo, y es un sitio dónde me encuentro muy seguro. Entonces yo me he sentido muy seguro de entrar en el burladero del humor, es cómo si hiciéramos un símil de una plaza de toros, dónde la vida ocurre ahí en medio de la arena, tú estás en el burladero, te encuentras a gusto, y de vez en cuando dices cosas que el tendido siente y se ríe, entonces dices: “estar aquí mola”.  De vez en cuando salgo a la arena pero me vengo corriendo rápido a mi tabla de salvación. Yo creo que lo que el humor nos enseña es a restarle hierro a las cosas y quitarle importancia a todo lo que nos ocurre en la vida, porque casi nada es para tanto, y eso lo recuerda permanentemente el humor.

Y luego, el humor es lo contrario del miedo, el humor es libertad, el humor es, aunque suene un poco cursi, una rama del amor, y me parece que el humor, la comedia, es el camino más corto entre dos personas. Dónde llega el humor a veces no llegan otras cosas, por eso es tan importante que en el camino de nuestra vida, en el asiento de al lado vaya la comedia de la mano. Me parece importante, no la comedia que hacemos los profesionales, sino la comedia con la que nace como regalo cualquier persona.

Al hilo de la pregunta anterior, me ha parecido muy curioso lo que ha dicho de que casi nada es para tanto y que por eso le ayuda el humor, ¿cree que esa es su filosofía de vida?

Mi filosofía de vida es estar pegado lo máximo posible al niño que fui. Cuando yo era niño, siempre era aquí y ahora, nunca era después. Y el después a veces está hipotecado por el miedo, por la inseguridad, por un montón de ornamentos que vamos poniéndonos encima cuando nos hacemos mayores y a veces esos ornamentos nos secuestran y no nos dejan ser quien realmente somos. Somos libres, somos espíritus libres. Cuando tú naces eres feliz. Yo veo a mis hijos ahora con ocho años y están jugando: se ponen el disfraz de policía y juegan. Entonces, mi filosofía de vida es todo lo que tenga que ver con no abandonar el niño que fui me interesa mucho, y mi profesión es una excusa maravillosa. Salir al recreo a jugar. Si eres abogada, periodista o lo que hagas, tienes que tener muchísima ilusión, muchísima pasión, porque la niña que llevas dentro nos acompaña toda la vida. Uno cree que no, que ya se ha hecho adulto, pero no, sigue siendo aquel niño como muestra de la pureza del ser que somos.

Somos libres. Cuando eres niño eres libre, no te secuestra el miedo. Luego cuando te haces mayor te vas llenando de cosas, cosas que te han secuestrado en la vida: inseguridades, miedos… Con esto quiero decir que mi filosofía de vida es no dejar de ser aquel niño que fui, nunca.